sábado, 24 de noviembre de 2012

LATINOAMERICA Y EL MALINCHISMO


América Latina en la actualidad posee una rica herencia cultural como resultado del proceso de mestizaje de las razas que se han entrecruzado a lo largo de la historia, sobre todo la conquista española, donde comenzó la interacción y la compenetración de sangre y culturas.
Es la zona del planeta con mayor diversidad étnica y tiene gran variedad de pueblos con gran porcentaje y presencia de migración, pues todos se mueven entre si, por el continente.
Tiene sus fuentes principalmente en la cultura nativas de América (cultura maya, mexica e inca), de Europa (provenientes de la península ibérica, española, portugués, francesa y algo de Italia, Alemania, Inglaterra y Holanda) y cultura africana (con impacto principal en el Caribe y Brasil).
Cada uno ha desarrollado su cultura propia, según su historia, experiencias y las generaciones que van conformando cada país. La manera de hablar y acento diferente, nos caracteriza. Pero si algo nos une, es el mismo idioma, a excepción de Brasil.
Esta claro que nuestra cultura es diversa, que cuenta con gran variedad de tradiciones y costumbres, y que cada país a pesar de que es diferente a los otros, tiene su propia riqueza, sin embargo, los latinos tendemos a buscar lo extranjero, buscando lo “gringo” o lo europeo, porque creemos falsamente que es mejor o tiene más auge.
Simplemente, cuantas veces encontramos en las novelas, no sólo mexicanas, al actor principal güero, alto. O lo que todas las niñas soñamos con un príncipe, pero lo imaginamos favoreciendo el modelo europeo y la monarquía.

Un termino bastante familiar para nosotros es el “malinchismo”, que aunque su origen remonta en México, este sentimiento desprecio hacia lo propio y admiración de lo foráneo es común de muchas culturas que conviven en Latinoamérica, aunque tengan otras denominaciones.
El  “malinchismo” es conocido como la conducta referente a lo extranjero, cuando una persona prefiere lo extranjero a lo nacional, también se le llama “malinchista” a aquella persona que tiene el deseo de creerse de otro país extranjero, sin pertenecer a él.
Caricatura malinchista.
Si le buscamos el fondo de este motivo, se tiene que admitir que es por un enorme sentimiento de inferioridad cultural con respecto a la avanzada y “envidiada” Europa o al imponente y admirado Estados Unidos. Vemos su cultura como la correcta y a la propia cambiarla. No es raro escuchar a un latinoamericano decir “si pensáramos como ellos, todo sería distinto”.
Alcira Argumedo, en su obra “Los silencios y las voces de América Latina”, menciona la imposibilidad de ver al mundo como un todo y que los el progreso que vivió Europa e incluso,  Estados Unidos, no pueden ser empleados de la misma forma en Latinoamérica.
Continuamente creemos que sucesos o fenómenos que ocurrieron en otros países tendrán el mismo resulto aquí, o que se podrían implementar de la misma manera. Generalmente, los latinoamericanos, tenemos un pensamiento pasivo y conformista, esperamos que los cambios ocurran por si solos y es bastante claro que si queremos lograr algo, tenemos que empezar por nuestra mentalidad.
Muchos denominan este tiempo como neoliberal o neo consumista, que se presenta cuando se están adquiriendo toneladas de dulces, chocolates, quesos, vinos y otros productos que vienen de Estados Unidos y los países de Oriente sin etiquetas en español, por poner un ejemplo.
Con una visita al supermercado se comprueba que fácil es ver un producto agua mineral francesa (Perrier), alimentos de animales de EUA, postres suizos o norteamericanos, entre otros. Sobre lo mexicanos.
Ahora, aparte de tender a buscar lo internacional, lo nacional, lo discriminamos. El sector  indígena, es sumamente numeroso, en especial en México y Centroamérica.
Han sido menospreciados o marginados, en vez de considerarlos como lo que realmente son, uno de los grandes factores raigales de nuestra identidad como hispanos. Al contrario, se han tenido que enfrentar con el dilema de integrarse a la vida nacional, lo que significa renunciar a su lengua, a su modo de vivir, a su religión y a su identificación étnica. Que al final también es nuestra.
Que es lo que pasa para que nuestra sociedad y el resto de América Latina tengan la tendencia de inclinarse por lo extranjero, si nos vamos por la cuestión económica, no es desconocido que si consumimos producto nacional, nuestra economía mejorará, generaría más empleos, aumentaría la calidad, tendríamos  un nivel de competitividad y hasta lograr llegar estar al mismo nivel que empresas foráneas. Sin contar que si adquirimos algo, sería mas accesible. Todo es una cadena, que si bien estamos consientes de esto, no hacemos nada para que se produzca.
América Latina debe dejar de mirar el ombligo de otros para poder enfocarnos en el de nosotros y crecer como sociedad con identidad y cultura propia. Si todo esto es a favor de la población, y nos traerá beneficios, no encuentro la causa del porque no dejamos todos esos tabúes que estamos llenos de “porque es gringo, es mejor” o “porque este no es de aquí, ha de tener mas calidad”.
Tenemos las fuentes para lograr algo bien y si tenemos gente cumplida y trabajadora, no veo porque no se puede lograr algo con el que estar orgullosos y mejor aun que sea nacional.


Alicia Ugarte

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